La inadecuación como fuente de comicicidad (Aída y El Quijote)

El nivel culto se caracteriza por:
* Un discurso fluido y continuo
* La expresión prolija de contenidos
* Un discurso ordenado y estructurado
* Amplios recursos léxicos sobre todo para expresar conceptos abstractos y para destacar matices y cualidades (adjetivación)
* Un vocabulario específico (técnico-científico, humanístico-literario)
* La precisión en la ordenación sintáctica de la frase
* El empleo correcto y variado de nexos gramaticales (conectores oracionales, organizadores del discurso)
* El predominio de la subordinación

Es fácil encontrar ejemplos de las características anteriores en el discurso de Fidel y sus amigos. Gran parte de la comicidad de la escena surge del contraste entre su nivel lingüístico y el de los otros personajes, así como de la inadecuación del registro formal que emplean en una situación comunicativa tan informal como la de planear reventar una máquina tragaperras.







Esta comicidad es muy antigua, es uno de los principales recursos que emplea Cervantes en El Quijote. Este se pasea por la Mancha y les habla a arrieros, venteros, prostitutas y cabreros con el estilo florido y cultísimo de los libros de caballerías. El resultado es que los que encuentra a su paso se mueren de risa y los lectores de la época, que identifican la absoluta inadecuación lingüística, se ríen igualmente.
A continuación tienes un fragmento del capítulo II de la primera parte de El Quijote. El hidalgo manchego busca un lugar donde le armen caballero. Sólo necesita encontrar un castillo y un noble de los que abundaban en los libros de caballerías. Pero él pasea por la Mancha, y lo que aparece ante su vista es una venta de mala muerte a cuya puerta aguardan dos prostitutas. Como en su locura literaria lo confunde todo, se dirigirá a ellas como si fuesen dos nobles y temerosas doncellas, y lo hará con un lenguaje culto, literario, arcaico e incomprensible para las mujeres.

"Estaban acaso [39] a la puerta dos mujeres mozas, destas que llaman del partido [40], las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que en la venta aquella noche acertaron a hacer jornada [41]; y como a nuestro aventurero todo cuanto pensaba, veía o imaginaba le parecía ser hecho y pasar al modo de lo que había leído, luego que vio la venta se le representó que era un castillo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata [42], sin faltarle su puente levadiza y honda cava [43], con todos aquellos adherentes que semejantes [*] castillos se pintan. Fuese llegando a la venta que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo [44]. Pero como vio que se tardaban y que Rocinante se daba priesa por llegar a la caballeriza, se llegó a la puerta de la venta y vio a las dos destraídas mozas que allí estaban [45], que a él le parecieron dos hermosas doncellas o dos graciosas damas que delante de la puerta del castillo se estaban solazando [46]. En esto sucedió acaso que un porquero que andaba recogiendo de unos rastrojos una manada de puercos (que sin perdón así se llaman) [47] tocó un cuerno, a cuya señal ellos se recogen, y al instante se le representó a don Quijote lo que deseaba, que era que algún enano hacía señal de su venida; y, así, con estraño contento [48] llegó a la venta y a las damas, las cuales, como vieron venir un hombre de aquella suerte armado, y con lanza y adarga, llenas de miedo se iban a entrar en la venta; pero don Quijote, coligiendo por su huida su miedo, [49] alzándose la visera de papelón [50] y descubriendo su seco y polvoroso rostro, con gentil talante y voz reposada les dijo:

Non fuyan [*] las vuestras mercedes, ni teman desaguisado alguno, ca a la orden de caballería que profeso non toca ni atañe facerle a ninguno, cuanto más a tan altas doncellas como vuestras presencias demuestran [51].

Mirábanle [*] las mozas y andaban con los ojos buscándole el rostro, que la mala visera le encubría; mas como se oyeron llamar doncellas, cosa tan fuera de su profesión, no pudieron tener la risa y fue de manera que don Quijote vino a correrse [52] y a decirles:

—Bien parece la mesura en las fermosas, y es mucha sandez además la risa que de leve causa procede; pero non vos [*] lo digo porque os acuitedes ni mostredes mal talante, que el mío non es de ál que de serviros [53].

El lenguaje, no entendido de las señoras [54], y el mal talle de nuestro caballero [55] acrecentaba en ellas la risa, y en él el enojo, y pasara muy [*] adelante si a aquel [*] punto no saliera el ventero, hombre que, por ser muy gordo, era muy pacífico [56], el cual, viendo aquella figura contrahecha [57], armada de armas tan desiguales como eran la brida [*], lanza, adarga y coselete [58], no estuvo en nada en acompañar a las doncellas en las muestras de su contento [59]."

(Edición del CVC)

2 comentarios:

bidkar barenca dijo...

Esta información es muy importante, gracias, por aver adquirido la información de esta manera,y poder tomar en cuanta tu informacion para mi proyecto de ¿por que el nivel cualto es el lenguaje de la escritura?

DOMINIQUE dijo...

ESTA MUY MUY BUENO GRACIAS!

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